lunes, 25 de junio de 2012

Juntos y Revueltos: proyecto de Adictos a la Escritura

¡Hola a todos! Pues nada, un mes más, aquí estoy para haceros perder el tiempo con mis disparates. ¿De qué se trata esta vez? Del proyecto de Adictos "Juntos y Revueltos" en el cual había que escribir un relato protagonizado por dos personajes al azar. Yo, como no tengo suerte en nada más, he sido tan afortunada que me han tocado un vampiro y un hombre lobo. Lo mío, vamos xDDD Desafortunadamente, creo que me ha quedado bastante flojito el relato, pero después de borrar la versión anterior (que no se parece nada porque era sobre un vampiro y un hombre lobo jugando a un juego de rol basado en la Universidad y el plan Bolonia) no me encontrada con inspiración para nada más... sugerente. No se, ya me diréis qué os parece.

Nadie teme al Lobo Feroz


-Explícame de nuevo el plan.

El joven castaño, de espesa cabellera hasta los hombros y piel clara, puso los ojos en blanco por cuarta vez en las últimas dos horas y trató de complacer a su interlocutor.

-Val, por favor, que no es tan difícil. Entramos, oteamos el panorama, nos acercamos a…
-¿Qué quieres decir exactamente con “oteamos el panorama”, Vorn?
-¿Captamos el rollo?
-No me ayudas.
-Macho ¿cuántos años has estado durmiendo exactamente?
-No se… ciento cincuenta, año arriba, año abajo. Me aburría, ya sabes.
-Claro. Yo también me pego sobadas de siglo y medio cuando me aburro. Por eso sacaba tan malas notas en el instituto, no te giba…
-No creo que sea tan difícil explicarme el plan en términos que pueda entender. ¿Tan limitado es tu vocabulario?
-Mira, chupasangre, mi vocabulario es amplísimo: se mandarte a hacer puñetas de veinte maneras diferentes, y eso sin echarle imaginación.
-Ya empezamos a faltar al respeto…- el joven moreno se llevó una mano al rostro y se masajeó las sienes, buscando sus reservas de paciencia.- Me resulta muy tedioso entrar en estos bucles de increpaciones…
-Por última vez, Val, intenta hablar como si tuvieses la edad que aparentas. Nadie de veintitantos se pasea por ahí diciendo cosas como “tedioso” o “increpaciones”. Eres anacrónico hablando.
-Soy anacrónico, lo cual es normal porque nací antes de que tus ancestros aprendieran a hacer un calzado decente. Pero al menos no me transformo en una mascota peluda cada vez que me cabreo.
-¡Yo no me transformo en ningún tipo de mascota!
-Cuatro patas y cola, Vorn…
-¡Soy un lobo fiero y aterrador!
-Sí, especialmente cuando dejas la lengua colgando por un lado de la boca mientras me miras con la cabeza ladeada y meneas el rabo.
-¡¡¡Eso solo fue una vez!!! ¡Tenías un perrito caliente en la mano y yo llevaba dos días sin comer! ¿Qué se supone que debería haber hecho?
-Posiblemente darme la patita fue un gran punto a tu favor, sí, ya que lo expones de ese modo…
-¡Te maaaaaarggggggggg!- la ira in crescendo que Vornian había estado experimentando explotó finalmente, haciendo que perdiera el control sobre su cuerpo y terminase transformándose en un cánido.- Grrrr.
-Bien- dijo Valantine con una sonrisa ladeada mientras se pasaba una mano entre los cabellos oscuros- Ahora que ya te tengo donde quería yo te explicaré cuál es el plan.

Vorn, que en aquellos momentos bien podía pasar por un alaskan malamute muy desarrollado, resopló irritado, pero se sentó sobre los cuartos traseros y miró al vampiro con aire expectante.

-Hasta tú debes reconocer que no eres lo que se dice un espécimen especialmente lobuno, Vorn, no te ofendas. La vida urbana tiene sus pros y sus contras y, en este caso, tu linaje se ha ido adaptando a la vida en la ciudad paulatinamente… un lobo no pasaría desapercibido en el metro, pero tu forma actual, si bien es bastante imponente, no resulta chocante. Ésa será nuestra nueva baza.
-¿Y cuál era nuestra vieja baza?- inquirió el hombre lobo mediante gañidos.
-Que somos dos jóvenes muy apuestos.
-¿Esa era nuestra baza? Ahora entiendo que todos nuestros intentos de hacernos con la Elegida fracasaran estrepitosamente.- gruñó Vornian, enterrando el hocico entre sus patas delanteras.
-Lo que sea-repuso el vampiro, restándole importancia- He sabido por mis fuentes que la Elegida es una gran amante de los animales y que todas las tardes va al parque de perros con su mascota. Nuestro nuevo plan es simple: iremos allí y tú te ganarás su afecto. Una vez lo hayas logrado, será sencillo conseguir que tenga una cita conmigo para hablar de nuestros chuchos y sin que se de cuenta siquiera estará en nuestro bando.
-Val, tu plan es tan increíblemente estúpido que no puedo contar todos los fallos que tiene. Esto será un desastre. Además, somos dos contra toda la comunidad de los Nocturnos. Ni siquiera creo que contemos como bando.
-Eres increíblemente pesimista para ser tan joven, muchacho. Alegra esa cara, nos vamos al parque.
-¿Eso es un collar de perro? ¿Piensas ponerme un collar de perro? ¿Estás loco o qué te pasa?
-Vornian, todos tenemos que hacer sacrificios por la causa, no te pongas así.
-¡Llevar un collar de perro no es un sacrificio, es no tener dignidad!- aulló el lobo.
-La Elegida pondrá fin al conflicto entre clanes, diría que saber llevar este collar con dignidad te convertirá en un héroe a ojos de todos… incluidas las mujeres.
-Oh, está bien, pero que conste que te odio. Como se te ocurra llamarme “bolita peluda” o algo así te arrancaré la mano de un mordisco.
-Que sí, no me seas… ¿cómo es esa palabra que utilizas con tu madre?
-Plasta.
-Eso. No me seas plasta.

******
-Muy bien, muchacho, esa es tu presa, la del cachorro de Terranova. A por ella, chaval.

Vornian se acercó trotando a la Elegida y su mascota, meneando la cola con aire juguetón y guardando respetuosamente las distancias. Una vez estuvo lo suficientemente cerca para llamar la atención de ambas, se sentó sobre sus cuartos traseros y ladeó la cabeza, dejando colgar la lengua a un lado. Valantine había visto anteriormente a la Elegida, pero era la primera vez que Vorn la avistaba, por lo que no estaba preparado para lo que vio.

A primera vista, la Elegida era una joven como cualquier otra, de cierto atractivo, espesa melena de color miel y ojos castaños de mirada dulce. Pero el hombre lobo veía algo más: el aura que rodeaba a la muchacha era de un tono nacarado tan brillante que creyó que iba a cegar sus sensibles ojos. Un gimoteo escapó de su garganta. <<Mía>> Ella alzó la vista de su cachorra negra y le miró fijamente durante un segundo interminable. Después, sonrió y abrió los brazos mientras se agachaba.

-Ven aquí, lobito, he estado una eternidad esperándote desde que Gaia me mandó el sueño.- Vornian enterró el hocico en su cuello blanco y suave, emitiendo un suspiro lobuno.- Después estaremos juntos, amor, ahora llévame con el vampiro…tenemos que detener una guerra.